El informe concluyó que son necesarias investigaciones sobre el vínculo entre el ambiente y el modelo productivo agropecuario. La publicación, presentada el 10 de junio en el Campus Luisi Janicki, identificó vacíos de información en los artículos estudiados sobre los tipos de modelo de producción que se utilizan y quiénes gestionan la tierra
Impulsado por el intercambio con movimientos sociales uruguayos relacionados al ámbito rural, el Observatorio de la Cuestión Agraria en Uruguay (OCAU) realizó un relevamiento sobre trabajos académicos que abordan temáticas ambientales en vínculo con el cuidado de la vida en los territorios rurales. El informe, que fue presentado el 10 de junio en el Campus Luisi Janicki: pioneras universitarias, parte de una preocupación sobre los efectos del modelo productivo extractivista que predomina a nivel del espacio rural uruguayo y que tiene consecuencias negativas en el ambiente.
Estudio de trabajos académicos sobre el ambiente y su vínculo con la cuestión agraria en Uruguay es el nombre del trabajo. Se trata de un informe de coyuntura del OCAU, que es un grupo conformado dentro de la Universidad de la República (Udelar) que trabaja en la cuestión agraria desde diversos enfoques y disciplinas. La publicación forma parte de una línea de trabajo del grupo de ambiente del Observatorio, que busca sistematizar y analizar el estado del ambiente y su vínculo con la cuestión agraria en el siglo XXI a partir del abordaje académico, la percepción de las organizaciones sociales y el desarrollo de la políticas públicas en la materia.
El trabajo es autoría de Juan Riet Correa, del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM); Mauricio Ceroni Acosta, de la sede Rivera del Centro Universitario Regional Noreste; Paola Iccardi Laborde, de la Facultad de Veterinaria; y Verónica Etchebarne Palla y Laura Bruzzone Pérez, investigadoras del OCAU.
En la introducción de la investigación se explica que a partir del 2000 en Uruguay hubo cambios que tuvieron repercusiones en la forma de producir y en el ambiente. Esto tuvo como consecuencias “la tendencia a la concentración de tierra y capital y anonimato/extranjerización de la tierra”, lo que llevó a que desaparecieran una “gran cantidad de agricultoras y agricultores familiares del campo”.
“En este contexto de transformación profunda, es que desde el OCAU nos proponemos realizar una descripción de las principales características del estado del ambiente del Uruguay y sus vínculos con la cuestión agraria entre los años 2000 y 2023”, indicaron en el informe. Para eso, durante 2023 buscaron, recolectaron y sistematizaron “trabajos académicos vinculados al estado del ambiente” e identificaron “cuáles especifican un vínculo más directo con la cuestión agraria en Uruguay”.
La idea es que la publicación contribuya a incidir en la incorporación de las temáticas ambientales desde una perspectiva interdisciplinar en las líneas de financiamiento universitaria. Se busca aportar a la identificación de vacíos de información sobre el vínculo del ambiente y la cuestión agraria, así como visibilizar las luchas en los territorios. También procura generar y disponibilizar una base de datos sobre estudios en estas temáticas, principalmente asociado a las necesidades identificadas en conjunto por organizaciones de la sociedad civil y el OCAU.
Diálogos sobre el informe
La instancia de presentación del trabajo contó con una mesa de exposición en la que participaron Mauricio Ceroni, Verónica Etchebarne y Juan Riet Correa, integrantes del OCAU. Solana González de la Red Temática de Medio Ambiente (Retema) y Natalia Zaldúa de Vida Silvestre Uruguay asistieron como comentaristas.
Durante la instancia, Ceroni manifestó que hay que profundizar en cómo es el vínculo entre ambiente y producción, ya que “todavía no está desarrollado científicamente en profundidad”. En ese sentido, indicó que la Udelar tiene el desafío de articular producción y ambiente dado que “falta esa sinergia”.
Por otra parte, Zaldúa manifestó que el informe le parece una forma acertada de traer este tema a la mesa. Planteó que es “posible y beneficioso” aportar a la discusión del vínculo entre producción y ambiente pudiendo evaluar con más datos que contribuyan a la discusión. Añadió que es relevante escuchar las necesidades de cada territorio y en base a eso desarrollar proyectos de investigación para “generar evidencia científica y técnica”.
Además, se refirió al papel de la sociedad civil en estas temáticas y comentó que desde esos espacios se puede no sólo generar conocimiento, sino también estrategias para vincular la cuestión agraria y lo ambiental. Señaló como desafío explicitar el nexo entre la actividad productiva y los procesos ecológicos que se dan en los territorios.
Zaldúa reflexionó acerca de la necesidad de pensar el vínculo entre las temáticas en agenda, los emergentes de la sociedad civil y los estudios llevados adelante por la Udelar. Añadió que hay que pensar cómo generar sinergias para lo ya existente y cómo minimizar la brecha entre lo que se está haciendo y lo que falta hacer.
Desde la Retema, González señaló que es importante que la Udelar tenga espacios interdisciplinarios como el OCAU para “pensar en las cuestiones más complejas”. En ese sentido, destacó que la articulación entre distintas redes de investigadoras e investigadores que trabajen de forma conjunta contribuye a maximizar los recursos disponibles.
Valoró que la información que se obtuvo en el informe es la “punta del iceberg de lo que sucede en la Universidad”, ya que argumentó que dentro de la institución también se realizan trabajos que no culminan en publicaciones, pero que forman parte del conocimiento acumulado sobre la temática.
Las temáticas a estudiar a futuro
En el informe se relevaron un total de 79 trabajos como base para el estudio, que fueron analizados teniendo en cuenta distintas variables. Del global de publicaciones relevadas, el 80% tienen investigadores e investigadoras que forman parte de la Universidad. En cuanto a los datos emergentes que surgieron de la investigación, se puede ver que a partir de 2017 aumentó el número de publicaciones. Las temáticas que más aportaron a este incremento fueron las relacionadas a la calidad del agua: monitoreo de variables fisicoquímicas y fitoplancton/cianobacterias.
En cuanto al vínculo con la cuestión agraria, del total de trabajos se identificó que el 77% presentaban algún vínculo con la temática. De acuerdo al informe, los temas con más menciones vinculados con la cuestión agraria fueron monitoreo de variables fisicoquímicas del agua superficial, fauna, fitoplancton/cianobacterias, coberturas y vegetación o cobertura de pastizal.
Además, en el informe identificaron que en los estudios existen vacíos de información: los trabajos analizados generalmente no explicitan los tipos de modelo de producción o quiénes gestionan la tierra.
El estudio también señaló posibles tópicos para investigar en el futuro. Por ejemplo, indicaron que de la búsqueda de artículos no surgieron trabajos sobre “modelos productivos que incluyeran los impactos en el ambiente. Por lo tanto, se entiende que existe una necesidad de generar publicaciones de investigaciones que partan de la interdisciplina”.
Comprender la relación entre “el estado del ambiente, quiénes gestionan (ej. productores familiares, colonos, empresas), y cómo (diferentes tecnologías y aproximaciones) puede contribuir a entender y fomentar prácticas productivas que contribuyan al cuidado de la vida”, argumentaron.